viernes, 3 de agosto de 2007

Por el dia del niño, mi pequeña colaboración

A LOS MARTIRES, NIÑOS DE ACOSTA ÑU

En sus manos una madera
en su frente una cicatriz
en su historia el dolor
él mira a los ojos de aquel “camba”
que le atravesó la lanza en el pecho
siente estallarle el corazón
siente las venas hervirle
sus fuerzas lo abandonan
sus pulmones se duermen
sus rodillas se quiebran.

Él es un gran guerrero
indoblegable, de valentía colosal
atado, enclaustrado en ese momento
guerrero solitario
guerrero perdido, pero, guerrero al fin


Las lágrimas se derraman lentamente de sus ojos
podrían formar un río.

Desde un pequeño desnivel de la tierra
un jinete, lúcido, arrogante y decepcionado
ve pasar el dolor frente a su retina
sus ojos todo lo ven,
el dolor, el sufrimiento y alguna vez la victoria,
mas bien el triunfo lo ve en la mente
por que es sólo una ilusión,
una maldita ilusión abrazada al pecho de ese hombre
que se siente incapaz de vencer.

El escenario es de dolor, lágrimas, llantos
este es un pasaje de la guerra grande
ese niño cayó al suelo mirando al cielo
ese cielo que le cubre el rostro lánguido
ese niño murió juguete en mano, al igual que muchos otros,
en este paisaje lúgubre de Acosta Ñu

El jinete salió de ese peñasco para buscar a su Señor
Era el Gral. Caballero
con la triste noticia en su alforja
que la contienda se llevó consigo muchos de los niños
niños que cambiaron los juguetes por las armas
niños que quedaron en ese lugar
y luego quemados por el enemigo.

Que odisea!, que valor!
alabemos por siempre
a los niños mártires.

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