lunes, 6 de diciembre de 2010

El día que se apagó una vida.

Esperando en aquel corredor
El tiempo se detuvo.
Temía el resultado
No sabía su destino.


Minutos inconclusos detestables que no se movían
cabizbajo, nervioso y triste

Quizás por desconocimiento o inconsciencia
En su sangre se infiltró perversamente.

Fue el tiempo más largo de su lozanía
Mas el destino estaba trazado.

Salpicaba su vida de dolor

salpicaba su vida de muerte.

Este día empezaba o terminaba su vida
Lloró, gritó, su garganta se enfureció
Sus lágrimas brotaron incontenibles
En el pecho de un amigo ancló.

Incontenible rabia se desparramaban de él

Infinita impotencia
Lúgubre momento
parecía un sueño más bien una pesadilla
A su alrededor nada tenía sentido

Le costaba respirar

En su oído un chillido molesto sonaba
Y quedó sordo y mudo por un instante

Se preguntó en silencio el porqué
Hizo fugazmente, una retrospectiva de su pasado
Pasado a quien propinó improperios
Pues lo marcó para el presente
Y en su futuro se juntó la hiel
y su camino se hizo difícilmente transitable

Un manto oscuro se abalanzó sobre él
Sin poder huir, se encontró en un laberinto

El SIDA se apoderó de sus días
y el mundo acabó en ese instante para él

1 comentario:

Anónimo dijo...

Conmovedor!!!