¿Están preparadas las calles de Asunción para tantos vehículos?
¿Donde se supone que van a parar todos los vehículos de las playas que se ven por doquier?
¿Están las personas preparadas para manejar correcta y conscientemente?
Cada día es más caótico el tráfico en la entrada a la capital en horas picos; me corrijo un tanto esta parte, realmente ¡ya no hay horas tranquilas! a cualquier hora el tráfico es asfixiante, caótico y peligroso.
Algo más se ha sumado a la vorágine automotor - a la selva de chatarras - y cada vez con más ímpetu: “las motos”, esos vehículos que son como armas letales en manos erradas y me atrevo a decir que hay muy pocas personas que realmente merecen llevar una consigo. Es un drama, para todos, esos “equilibristas de la muerte”, son como bólidos (kamikazes indeseables/detestables) que pasan rozando el espejo retrovisor de los coches (no sólo rozan a los vehículos, los transeúntes también son presas fáciles), metiéndose y zigzagueando entre medio de vehículos de mayor porte, llevándose consigo también otras almas y poniéndolas en peligro. Pero pareciera que las estadísticas no son suficientes para concientizar a los “motoqueiros” y sus acompañantes inocentes, pareciera que ellos están fuera de las estadísticas, realmente lo están pero ¡no por mucho tiempo!, al menos la forma que manejan todos, es: desafiando a la muerte, a las estadísticas.
Contesto las preguntas hechas inicialmente, enfáticamente digo que las calles no están mínimamente preparadas para el torrente de vehículos que ya se encuentran diseminados por el paisaje capitalino y adyacentes, una de las razones es la incorrecta señalización, las mismas calles angostas y “mal ubicadas”, también suma el que no estamos suficientemente concienciados en las formas correctas de manejar; aparte de la incorrecta señalización, aquí hay un punto aun más preocupante, las personas NO están preparadas para entender las señalizaciones ni las reglas de transito mínimas, es como si estuvieran escritas en lenguas antiguas o jeroglíficos e inentendibles, somos analfabetos todos referente a las reglas de transito en Paraguay, al menos eso lo noto día a día transitando unas 2 horas al día.
Siguiente respuesta, cada día más vehículos van a parar a las calles, en el estado en que se encuentren, muchos sin la más mínimas condiciones para estar transitando, muy pocos salen de circulación comparando con los que se integran, es notable y peligroso ver vehículos tan antiguos y destartalados por montón, no sólo antiguos y destartalados sino los nuevos y no tan viejos a veces ni cumplen las mínimas condiciones técnicas; no sólo la condición técnica de los vehículos es lo preocupante sino también muchos de los “choferes” tampoco tienen preparación para estar al mando de un volante. Ni hablemos de los colectivos que caen a pedazos, ¿Quién los regula? Una frase que constantemente repito: “tenemos el servicio que nos merecemos”, por nuestra actitud cómplice ante los embates de todos los empresarios y de los choferes bestias, todos ponemos nuestro grano de arena para que todo siga funcionando mal.
Como punto final digo: “El cambio se viene pero tenemos que acompañar y cambiar primeros nosotros mismos”. Hay muchas cosas que nosotros con actitud podemos empezar a mejorar.
¿Será posible un cambio radical en 5 años? No soy pesimista, sólo realista: “es difícil”
¿Donde se supone que van a parar todos los vehículos de las playas que se ven por doquier?
¿Están las personas preparadas para manejar correcta y conscientemente?
Cada día es más caótico el tráfico en la entrada a la capital en horas picos; me corrijo un tanto esta parte, realmente ¡ya no hay horas tranquilas! a cualquier hora el tráfico es asfixiante, caótico y peligroso.
Algo más se ha sumado a la vorágine automotor - a la selva de chatarras - y cada vez con más ímpetu: “las motos”, esos vehículos que son como armas letales en manos erradas y me atrevo a decir que hay muy pocas personas que realmente merecen llevar una consigo. Es un drama, para todos, esos “equilibristas de la muerte”, son como bólidos (kamikazes indeseables/detestables) que pasan rozando el espejo retrovisor de los coches (no sólo rozan a los vehículos, los transeúntes también son presas fáciles), metiéndose y zigzagueando entre medio de vehículos de mayor porte, llevándose consigo también otras almas y poniéndolas en peligro. Pero pareciera que las estadísticas no son suficientes para concientizar a los “motoqueiros” y sus acompañantes inocentes, pareciera que ellos están fuera de las estadísticas, realmente lo están pero ¡no por mucho tiempo!, al menos la forma que manejan todos, es: desafiando a la muerte, a las estadísticas.
Contesto las preguntas hechas inicialmente, enfáticamente digo que las calles no están mínimamente preparadas para el torrente de vehículos que ya se encuentran diseminados por el paisaje capitalino y adyacentes, una de las razones es la incorrecta señalización, las mismas calles angostas y “mal ubicadas”, también suma el que no estamos suficientemente concienciados en las formas correctas de manejar; aparte de la incorrecta señalización, aquí hay un punto aun más preocupante, las personas NO están preparadas para entender las señalizaciones ni las reglas de transito mínimas, es como si estuvieran escritas en lenguas antiguas o jeroglíficos e inentendibles, somos analfabetos todos referente a las reglas de transito en Paraguay, al menos eso lo noto día a día transitando unas 2 horas al día.
Siguiente respuesta, cada día más vehículos van a parar a las calles, en el estado en que se encuentren, muchos sin la más mínimas condiciones para estar transitando, muy pocos salen de circulación comparando con los que se integran, es notable y peligroso ver vehículos tan antiguos y destartalados por montón, no sólo antiguos y destartalados sino los nuevos y no tan viejos a veces ni cumplen las mínimas condiciones técnicas; no sólo la condición técnica de los vehículos es lo preocupante sino también muchos de los “choferes” tampoco tienen preparación para estar al mando de un volante. Ni hablemos de los colectivos que caen a pedazos, ¿Quién los regula? Una frase que constantemente repito: “tenemos el servicio que nos merecemos”, por nuestra actitud cómplice ante los embates de todos los empresarios y de los choferes bestias, todos ponemos nuestro grano de arena para que todo siga funcionando mal.
Como punto final digo: “El cambio se viene pero tenemos que acompañar y cambiar primeros nosotros mismos”. Hay muchas cosas que nosotros con actitud podemos empezar a mejorar.
¿Será posible un cambio radical en 5 años? No soy pesimista, sólo realista: “es difícil”
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