Llegué por primera vez
A la entrada de tu morada
Mucho tiempo atrás con una fe ciega.
Hoy, tiempos después sigo con la fe, aun mayor
Cuando ingreso a tu recinto divino
La tranquilidad se apodera de mi vida toda
La sensación de alivio y frescura es una señal
La señal de que existes y estás allí
Pero no digo que sólo allí existes realmente
Sólo digo que allí tu presencia se acentúa.
El largo caminero me depara al final tu bendición
árboles, pastizal, flores, dedicatorias y pájaros son el paisaje
Un paisaje cual pintado con pinceles mágicos
Varias pequeñas curvas van quedando tras de mi
Otras quedan aun por pisar, por cruzar.
A medida que avanzo el latido se acelera
Es una cita divina, un encuentro celestial.
Virgencita de Schoenstatt aquí vengo a ti
Entrego mi corazón, mi fe y mi alma.
Tengo mucho que agradecerte
Tu intercepción con Dios todo Poderoso
Tu bendición a cantaros.
Llego a tu altar, que tranquilidad en el alma mía
Un “Padre Nuestro”, un “Ave Maria”, un amen
Agradecimientos y petición por mis seres queridos
Me entrego a ti, me debo a ti.
Gracias de corazón por todo.
Amen
By Fabián Nov-2007
martes, 20 de noviembre de 2007
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